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BULLYING


Se  conoce con el término inglés “bullying”  a cualquier forma de maltrato entre escolares, por lo que se podría traducir como acoso escolar u hostigamiento escolar.

El bullying no sólo se manifiesta a través de agresiones o peleas, sino que los ataques  pueden ser de distinta índole (verbales, psicológicos, sociales, etc.) y por distintas causas (físicas, raciales, sexuales, religiosas, etc.). Una pelea entre compañeros por diferencias de opinión o desacuerdo no es bullying. El bullying es una acción reiterada de maltrato en la que la víctima se encuentra en situación de inferioridad respecto al agresor o grupo de agresores.

Los informes de los que se dispone indican que aproximadamente uno de cada tres adolescentes entre 12 y 16 años está involucrado, como agresor o como víctima, en una situación de acoso escolar.

Según Piñuel y Oñate hay hasta ocho formas de bullying (tabla I).

Tipo  de  bullying

Frecuencia Concepto Ejemplos 

Bloqueo  social

29  % Acciones que tienen como objetivo el aislamiento social y la marginación impuesta. Ridiculizar en público para hacerle parecer inferior o débil. Estigmatización que provoca su exclusión de juegos y actividades.

Hostigamiento

21  % Acciones de desprecio que tienen  por objeto el desprestigio. Manifestaciones de burla e imitación bufa que parodia a la víctima.

Manipulación  social

20  % Acciones que pretenden presentar una imagen social negativa de la víctima. Distorsionan la imagen social de la víctima a través de falsas atribuciones para incrementar el grupo de acoso.

Coacción

17  % Acciones que buscan la realización de actos contra su voluntad  con el fin de ejercer dominio o sometimiento. Obligar a la víctima a hacer cosas que implican vejación o abuso forzado por miedo a las represalias.

Exclusión  social

16  % Acciones que tienen como objetivo excluir de la participación en actividades sociales. Tratarlo como si no existiera.

Intimidación

14  %   Acciones que tienen como objetivo amedrentar a la víctima. Inducir miedo mediante amenazas y acoso a la salida del centro escolar.

Agresión

13  % Acción violenta contra la víctima Hostigamiento físico intimidatorio.

Amenaza  a  la  integridad

  9  % Acciones de extorsión que tienen como objetivo amilanar a la víctima. Amenazar la integridad física de la víctima o de su familia.

Tabla I. Modalidades  de  bullying  (Iñaki  Piñuel  y  Araceli  Oñate, 2006)

Cuando el clima del entorno escolar no es adecuado para la convivencia y aparecen adolescentes acosadores faltos de empatía, a veces con algún trastorno de la personalidad y con deseo de llamar la atención u obtener el liderazgo del grupo, la violencia encuentra el canal para materializarse.

El perfil de la víctima es el de una persona diferente, bien por sus características físicas (aspecto físico, color de la piel, etc.) o bien por diferencias culturales (raza, vestimenta, etc.). Desde un punto de vista psicológico, suelen apreciarse rasgos de inseguridad, baja autoestima, pasividad, ingenuidad y gran apego familiar, que le hacen particularmente vulnerable a la agresión.

La víctima se siente triste, atemorizado, con vergüenza y culpable. Se siente solo y guarda silencio manteniendo en secreto la situación injusta que padece. El acoso escolar es una realidad oculta difícil de percibir. Las señales de acoso tienen tres niveles de observación :

  • La escuela:  no tiene amigos, es excluido de los juegos, en el patio se sitúa cerca del profesor y suele estar involucrado en disputas y peleas que siempre acaba perdiendo.
  • El aula: muestra indiferencia, inseguridad, falta de participación y  un deterioro progresivo del rendimiento escolar.
  • El hogar: vuelve a casa con la ropa estropeada, con la mochila rota, ha perdido objetos y dinero, muestra malhumor, evita hablar, se aísla en su habitación, duerme mal, puede presentar trastornos psicosomáticos y busca excusas para no ir al colegio.

Las consecuencias del bullying es en los tres vértices que conforman su triángulo dinámico (figura 1): la víctima, el acosador y los testigos.

Figura 1. Triángulo dinámico del bullying.

La víctima sufre un deterioro de su autoestima, ansiedad, depresión, fobia escolar, alteraciones en el desarrollo de la personalidad, dificultades en la socialización, fobia social, pudiendo llegar en algunos extremos al intento de suicidio.

El agresor cronifica su conducta y la convierte en su forma habitual de alcanzar sus objetivos, pudiendo llegar a extremos de conducta delictiva.

Los testigos del grupo muestran cada vez mayor insensibilidad y falta de empatía.

El bullying constituye una oportunidad para la comunidad escolar de modificar actitudes, generar acciones de solidaridad, de apoyo mutuo, de compromiso y de cooperación. Toda la comunidad es responsable, el acosador que hostiga, el acosado que calla y los testigos que no denuncian.

Las medidas de  prevención del  bullying se desarrollan en tres niveles de actuación :  primario, secundario y terciario (tabla 2).

PREVENCIÓN

ACCIONES

PRIMARIA

Responsabilidad social y familiar en una correcta educación en valores.

SECUNDARIA

Medidas concretas que promuevan un cambio de actitud que facilite la resolución de  conflictos.

TERCIARIA

Medidas de ayuda a las víctimas del acoso escolar.

Tabla 2.  Medidas de prevención del acoso escolar.

El bullying, como hemos visto, puede no percibirse. Lo que no se percibe no existe. Lo que no existe no se trata. El acoso se da donde se permite. Ante el bullying, como ante otras actuaciones violentas (abusos sexuales, violencia de género, etc.), el grado de tolerancia debe ser cero. El acoso escolar exige una actuación rápida y firme, que corte de raíz el problema y que garantice la seguridad de la víctima así como del resto de los alumnos.

Cada caso debe ser tratado según su singularidad y abordado individualmente. No obstante, podrían apuntarse las siguientes recomendaciones generales:

▪ Respecto a las víctimas:
No callarse, no dejar pasar el tiempo. 
Buscar ayuda  inmediatamente, se trata de no permitir un trato injusto.

▪ Respecto a los padres:
E estar atentos y observar la conducta de sus hijos, fomentar el diálogo, escuchar siempre manteniendo la calma. Hacerle ver que no es culpable y reforzar la autoestima. Inmediatamente ponerse en contacto con el tutor y la dirección del   centro escolar. No intentar hablar directamente con los agresores o con sus padres.                

▪ Respecto a los testigos: 
No mirar hacia otra parte.  Denunciarlo y apoyar a la víctima. Reunir más testigos para ponerse al lado de la víctima con el fin de dejar al agresor sin el apoyo que permite su actuación.

▪ Respecto al acosador:
Averiguar cuál es la razón de esta conducta.
Hacerle ver la importancia del respeto hacia los demás y las normas de convivencia. Trabajar la empatía, la cooperación y la autoestima. Buscar la ayuda conjunta del centro escolar y de los psicólogos.

▪ Respecto al centro escolar: 
Debe poseer mecanismos de protección y de prevención del bullying. Entre los primeros se encuentra la defensa del acosado y la modificación de actitud del acosador, así como el diálogo con los familiares y los agentes sociales. Entre los mecanismos de prevención están la educación en derechos y en principios de solidaridad y respeto mutuo, combatir los prejuicios y las creencias erróneas, fomentar la empatía y el compañerismo a través de actividades cooperativas y sobre todo, rechazar las conductas de acoso y agresión a través de su denuncia.

 

Dr. Luís  Carlos  Jiménez  Nieto

Médico
Psicólogo
 

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