La conceptualización de la ansiedad es compleja, dado que para unos es miedo, angustia y estrés; mientras que para otros, expresa una reacción exagerada del sistema nervioso autónomo ante la presentación de un estímulo.
La categorización de la ansiedad ha estado influida, hasta tiempos muy recientes, por la herencia freudiana del concepto de neurosis. Según el Psicoanálisis de Freud, la neurosis es una defensa contra la ansiedad.
La nueva era del DSM (Diagnostic and Statistical Manual) establece los criterios y categorías de los trastornos de ansiedad.
La ansiedad es una emoción consistente en reacciones de miedo o aprensión anticipatoria acompañadas de activación del sistema nervioso autónomo.
La ansiedad tiene tres componentes: cognitivo (evaluación subjetiva de los estímulos), somático (reacción del sistema nervioso autónomo: palpitaciones, aceleración respiratoria, sudoración, temblor, agitaciones, etc.) y motor (conducta observable de evitación).
La ansiedad es una emoción que puede servir al individuo como respuesta adaptativa, porque le permite estar alerta y motivado para afrontar los retos ambientales. Sin embargo, cuando se generan niveles de ansiedad excesivos y durante períodos prolongados sin que exista un peligro inminente, la ansiedad es desadaptativa y constituye un problema.
Dentro de la Psicología se han desarrollado dos corrientes para explicar la adquisición y mantenimiento de la ansiedad: la conductual y la cognitiva.
La corriente conductual se basa en los principios del condicionamiento clásico de Pavlov, del condicionamiento operante y mediacional, en los que intervienen estímulos y respuesta junto a reforzamientos.
La corriente cognitiva se basa en la idea del procesamiento de la información a través de las estructuras cognitivas de la memoria emocional.
Dentro de la Medicina se han desarrollado tres vías de estudio: psicofisiológica, neuroendocrina y neurofisiológica.
Las respuestas psicofisiológicas por activación del sistema nervioso autónomo y somático suponen un componente básico de la ansiedad. Se ha comprobado que la ansiedad puede inducir un descenso del pH de estructuras vinculadas al sistema nervioso simpático, pero también puede inducir hiperventilación con efecto directo sobre el CO2 que conduce a un incremento del pH.
Los estudios neuroendocrinos muestran que sistemas hipotálamo-hipófisis-suprarrenal y médulo-suprarrenal se activan de forma significativa durante la ansiedad.
Desde el punto de vista neurofisiológico, la ansiedad es una alteración de las interacciones entre los neurotransmisores catecolaminérgicos (adrenalina) y serotoninérgicos (serotonina).

Según el modelo neurobiológico de Gray, la ansiedad se genera por estímulo del sistema de inhibición conductual localizado en el sistema límbico cerebral.
La terapia cognitivo- conductual y la psicofarmacología constituyen los dos posibles enfoques terapéuticos de la ansiedad. Una y otra pretenden modificar la neuroquímica del cerebro.
Los mejores resultados de un tratamiento con psicofármacos dependen de un correcto diagnóstico, de una adecuada selección del psicofármaco, de una eficaz dosificación y de una duración suficiente del tratamiento.
Los ansiolíticos y los betabloqueantes constituyen los psicofármacos esenciales.
Los ansiolíticos actúan sobre los síntomas de ansiedad y tensión muscular, además poseen efectos relajantes e inductores del sueño.
Los betabloqueantes actúan sobre los síntomas periféricos de la ansiedad, como la taquicardia y el temblor.
La terapia cognitivo-conductual es muy variada y recoge múltiples posibilidades terapéuticas, tanto desde el ámbito conductual (exposición, autocontrol, relajación, respiración, etc.) como desde el ámbito cognitivo (autoinstrucciones, reestructuración cognitiva, técnicas de resolución de problemas, organización del tiempo, etc.).
Las terapias psicológicas dotan al individuo de estrategias de afrontamiento, generan mayor seguridad y autoestima, reducen la dependencia terapéutica, no tienen efectos secundarios y constituyen recursos útiles a largo plazo.
La combinación estructurada de los psicofármacos con los tratamientos psicológicos es una opción útil en el tratamiento de la ansiedad.
Dr. Luís Carlos Jiménez Nieto
Médico
Psicólogo